Ventana a la empatía
- La indecisa
- 4 feb 2020
- 1 Min. de lectura

La ira suele pensarse como destructora.
La tristeza consideramos que nos paraliza.
Pero olvidamos que nos hacen despertar.
A veces, cuanto más felices hemos sido es cuando más ciegos hemos estado.
Por eso, reivindico la importancia de sentir "lo malo", de abrirle las puertas.
Y es que la inmersión del ser en estos sentimientos otorga una recompensa.
Ver al otro de una manera distinta,
nos abre paso a la empatía y al apoyo mutuo,
permitiendo la transformación nuestras relaciones sociales.
Hemos ignorado que la tristeza y la ira son los primeros pasos para conformar una sociedad más sensible, más imperfectamente humana.
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